domingo, 18 de julio de 2010

Los carnets más caros de primera

La mentira se extiende rápidamente cuando a unos les interesa propagarla y otros están deseando creerla.


La mentira es malintencionada y cobarde, pero sus patas siempre son cortas.


Bernardo Ruiz, que dice ser periodista, publicó recientemente una noticia de titular demoledor. Incontestable. Adalides de la verdad. Porque sí.


"Los sevillistas pagan los carnets más caros de primera división". Un poco de arte del biribirloque numérico, nada por aqui, nada por allá, y toma ya, porque lo digo yo.


Nuestro amigo Nacho ya descubrió su mezquina falsedad al día siguiente. Su titular era aún más claro y demoledor. "El correo de Andaluciía miente".


No fue suficiente y tanto ha crecido la bola que ha provocado que sean pocos los malinformados aficionados al fútbol que si quiera pongan en duda una afirmación tan dificilmente creible.


Es por ello que el propio club se ha visto en la obligación de publicar un estudio comparativo que ponga las cosas en su sitio.
Ser socio del Sevilla FC no es precisamente barato y a todos nos cuesta más o menos fatguitas pagar el carnet, pero no es de recibo que encima del esfuerzo que ello nos supone, vengan los informadores de turno a calentarnos el pico y la cabeza con la clara intención de provocar descontento y cabreo en la afición, mintiendo para ello descaradamente.


La mentira tiene las patas cortas, pero hay que ver como corre.

martes, 13 de julio de 2010

Celebraciones y Memoria

La verdad es que jamás, desde que tengo memoria, había visto en España un acto tan multitudinario como el de ayer. Lo que es el fútbol...

Nada (por desgracia) es capaz de sacar a tanta gente a la calle en este país y de aunar personas de todas las condiciones bajo el manto de una misma bandera, otrora repudiada.

Nadie parece estar seguro del número de personas que tomaron las calles, aunque todos coinciden en que fueron numerosísimas.

Los más optimistas hablan de 2,5 millones de personas. 

Otros más modestos lo cifran en un millón.
Las autoridades, con su singular moderación, lo rebajan hasta el medio millón.
Sea como fuere había muchísima gente recibiendo a los campeones y celebrando el título, pero claro, estos son otros tiempos 

¿verdad Jaramillo?

Viene al caso recordar las palabras recientemente vertidas a la presa por este icono del beticismo. Un hombre que dice poseer una memoria prodigiosa, aunque de cuando en cuando parece que le falla.
Ser el Concejal fascista que regaló al Betis su actual estadio, poseer la medalla de oro falangista por sus servicios, ofrecer viviendas de protección oficial exclusivamente a las personas que se hicieran peñistas del Betis, solicitar la beatificación de Lopera o insuflar constantemente su recalcitrante odio hacia el Sevilla F.C., son sin duda algunos de sus grandes méritos. Méritos que suele olvidar cada vez que retoma su eterno discurso victimista. Si ellos le consideran un bético ejemplar, allá cada cual.

A lo que íbamos que me desvío. En la citada entrevista vuelve a tirar de su portentosa memoria para describirnos las celebraciones del mayor éxito deportivo conseguido por la entidad verdiblanca a lo largo de su centenaria historia.

Entre otras cosas reconoce (ya era hora) que aquel Betis campeón se desmoronó mucho antes de la guerra por la mala gestión del club y que por tanto no fueron los efectos de la contienda los culpables.

Pero sin duda lo mejor de la entrevista es el final. Ahí se lo dejo para que lo lean ustedes mismos:


Ya ven. Eran otros tiempos. La gente no celebraba esas cosas...

lunes, 5 de julio de 2010

Otro año igual...


Ya está aquí otra vez la famosa avioneta que surca los cielos de las costas andaluzas lanzando a los cuatro vientos su mensaje hacia la afición sevillista.

Este año el eslogan elegido viene cargado de ironía.

Todos recordamos aquella cantinela que entre impotencia e insatisfacción, coreábamos en la grada en los años de presidencia de Luis Cuervas, y que se hiciera himno oficioso del ocaso de cada una de aquellas grises temporadas en las que el equipo siempre terminaba en la insulsa zona de nadie de la tabla clasificatoria, sin posibilidades tan siquiera de aspirar a clasificarse para la, por entonces, soñada UEFA.

“Otro año igual, otro año igual”, repetíamos con frustración.

Pues sí, otro año igual, que suena parecido pero que ahora no es lo mismo. Como han cambiado las cosas desde entonces...

Otro año con un título en las alforjas. Otro año de vivencias y viajes que contar a los nuestros. Otro año de recuerdos imborrables. Otro año disputando la máxima competición de clubes. Otro año instalados en el Olimpo del Bombo Nº1 de la Champions League. Otro año cuadrando un presupuesto que sigue in crescendo. Otro año renovando masivamente los carnets. Otro año de sevillismo exultante de ilusión por disfrutar de su equipo.

En definitiva, OTRO AÑO IGUAL.

Y manque a algunas criaturas acomplejadas, espaldas quemadas del caluroso verano, les cueste creerlo, NO, este año el eslogan tampoco es una alusión de menosprecio para con nuestro vecino futbolístico. 

viernes, 2 de julio de 2010

GRACIAS



Lo primero que me sale en estos momentos es dar las GRACIAS.

Gracias a los autores de esta magnífica obra literaria fruto de cuatro largos años de investigación y debate.

Gracias por el trabajo que realizáis cada día para hacer más grande y velar, como los auténticos guardianes que sois, por la historia de nuestro Sevilla F.C.

Gracias por hacerme partícipe de esta bella locura de bucear entre las alcobas de nuestra bendita historia.

Gracias por nombrarme en el acto. Sinceramente y sin falsa modestia, no lo merecía.

Gracias a todos los que de una forma o de otra han contribuido y contribuyen con su esfuerzo y dedicación a que obras como esta consigan ver la luz.

Gracias a tod@s los que han hecho realidad un libro, una palabra, un voz tan necesaria como autorizada, que sea capaz de contar sin atisbo de dudas y derrumbando de un plumazo las verdes mentiras de la envidia, esta nuestra verdadera historia.

Gracias a los que no se detienen y siguen caminando más allá, hasta las antípodas si es necesario.

Gracias Carlos por el regalo.

Gracias a tod@s por vuestras dedicatorias.

Saborearé cada página a vuestra salud y lo mostraré orgulloso a mis seres queridos como un auténtico tesoro, pues tesoros son los que contienen sus páginas.

Una y mil veces más, GRACIAS.