La cara y la cruz

Parece durante estos días en nuestra Sevilla dual, que nos encontramos con un nuevo paradigma de la cara y la cruz reflejado en los rostros de los aficionados al fútbol (ya era hora pensarán "un millón").

Unos, la cara (que no de cara), en una dinámica de victoria que les hace ganar hasta cuando no lo merecen. Encaramados en lo alto de la tabla y soñando con tocar el olimpo futbolístico en pocos meses.

Otros, la cruz (que cruz...), en una dinámica perdedora en la que la suerte solo nos enseña su cara oscura llevándonos hacia la derrota la merezcamos o no. Caida libre a la sima de la tabla y atisbando con desasosiego un oscuro y nada esperanzador futuro.

Unos, con cara alegre, celebrando un cambio global en ciernes gracias al que sueñan terminar con la purga de penas y anhelando reverdecer efímeros laureles.

Otros, pidiendo crucifixiones y exigiendo cambios en todo lo cambiable por medio de los cuales piensan que volverán, sí o sí ,aquellos “lejanos” días de gloria futbolística (seis meses pueden ser mucho tiempo...).

Unos, lavan su cara (pues algunos la tiene bien grande) remozando obsoletas instalaciones y abriendo al público con toda la pomposidad posible un nuevo Museo color verde esperanza para gloria y orgullo del beticismo.

Otros, cargando con la cruz del beneficio empresarial por bandera, olvidan y traicionan su historia al desmantelar su mal explotado Museo para pena y bochorno blanquirojo.

Unos la cara. Otros, de momento, la cruz.

Confiemos que el caprichoso destino vuelva a lanzar la moneda al aire y esta vuelva a darnos la cara este miércoles para poder bajarnos de este cadalso.

Esperemos que al bajarnos de esta cruz, nuestros dirigentes vean los estigmas de nuestras manos y decidan que ya tenemos bastante calvario con lo deportivo.

Ojala los que ahora mandan no olviden la historia y en breve podamos disfrutar que un nuevo y remozado Museo dirigido y gestionado por un Departamento Oficial de Historia del Sevilla.

Ojalá...

Para empezar a ver que hacemos el miércoles.