Nuestro querido e inolvidable Agustín tenía una envidiable capacidad de desenmarañar el pasado, pero sorprendentemente a la vez era capaz de anticiparse al futuro.
Espero que no le importe que rescate este post que el mismo publico en su Mundo Sevillista un 30 de Octubre del pasado año, y que por desgracia hoy está de actualidad.
A ti que estás en el tercer anillo.
Un abrazo Agustín.
30 Octubre 2010
CON LOS MUERTOS NO SE NEGOCIA.
Archivado en: General — agustin @ 21:33
La idea del nuevo “mecenas” del Betis es como mínimo descabellada.
Luís Oliver pretende hacer un columbario en el estadio del Betis.
Cualquier bético o sevillista que desee debe tener la oportunidad de cuando fallezca que sus cenizas sean depositadas en el terreno de juego del club de sus amores.
Ese deseo debería ser viable a todas luces, pero no como lo quiere hacer este “iluminado gestor navarro” que solo ha visto al Betis por televisión, aunque presuma de ser bético de toda la vida.
Negociar con los muertos no es buen negocio, lo vea Oliver como lo vea.
El fútbol debe negociar con los vivos, no con quien tenga un deseo más allá de la vida.
Eso es un sacrilegio.
Yo recuerdo como hace algunos años, las cenizas del último stuka, Pepe López fueron repartidas por el terreno de juego del Sánchez Pizjuan, fue el último deseo del rapidísimo extremo.
La operación se hizo como había que hacer estas cosas, con la máxima discreción y en la más absoluta intimidad.
Lo que Oliver propone es seguir claramente con el folclore mal entendido.
Es complicado a un navarro explicarle cual y como se interpreta el folclore en Andalucía. Es una cosa muy nuestra y como nuestra debe seguir.
Si este ¿gestor? ha creído encontrar la piedra filosofal para salvar al Betis y de camino llevarse unos cuartos para su idea empresarial, creo que choca en piedra muy pero que muy dura.
Estoy seguro que los béticos no van a pasar por ahí.
Y es de cualquier forma indignante que se quiera comercial con los muertos, haciéndoles pagar a los familiares de esos que posiblemente han estado años y años sufriendo los avatares del club de su existencias- a veces, las menos también disfrutando- el que sus cenizas sean depositadas sobre el terreno de juego de su estadio.
Esto es casi una obligación moral que no debería estar representado y amparado por el vil metal del dinero.
Si esa es la última voluntad de un bético o de un sevillista, cúmplase, pero sin dinero de por medio.
Seguro que en su trayectoria de socio o aficionado, ya han pagado con creces su último contacto con el club de sus amores.
Los 2.200 euros que quiere cobrar el Sr. Oliver, servirán si se lleva a cabo el proyecto para separar más si caben las diferencias sociales entre béticos.
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