martes, 5 de julio de 2011
Apurada de frenada
El término apurada de frenada suele aplicarse en automovilismo cuando un piloto se aproxima a una curva a demasiada velocidad y tiene que frenar bruscamente para no salirse de la pista.
Hay quien, desde el sosiego y la reflexión, nos ha acusado de “pasarnos de frenada” por los comentarios vertidos tras la aparición de cierto artículo en el periódico ABC.
Le agradecemos su reflexión mesurada. Puede llevar razón, hay que analizarlo y ningún anillo debe caerse al reconocerlo.
Estamos en periodo estival y tal vez, a falta de otros temas sobre los que escribir, cuando algo llama la atención de todos, todos dan su opinión al respecto.
En mi opinión, esa “apurada de frenada”, si es que se ha producido, no tiene porque ser consecuencia de una velocidad inapropiada del vehículo.
Creo que el “Safety car” pasó hace mucho tiempo y la pista estaba limpia.
El trayecto es conocido y apenas hay curvas.
Hay pista para pisar a fondo.
Vas adelantando coches doblados, que ceden el paso sin problema, hasta que, de repente, uno de esos coches doblados se queda clavado en medio de la pista.
Se detiene en seco contemplando alguno de los restos de vehículo que han quedado en la barrera tras la ardua limpieza del pavimento.
Todos han visto ya esos pedazos de automóviles, que ya hoy son historia.
Todos los hemos visto saltar en mil pedazos y los hemos visto recoger, y apartar de la pista dejando limpio el camino, por lo que nadie espera que un piloto vuelva a su atención sobre esos manidos pedazos deteniendo su coche en medio de la pista para contemplarlos.
La consecuencia es previsible y el resto de pilotos, sorprendidos, tienen que frenar bruscamente para no estrellarse contra él.
Con mejores o peores modos, unos le piden que continúe la marcha y otros le dicen que se aparte de la pista.
Tal vez el rapapolvo sea exagerado, pues él argumenta que ni siquiera es piloto.
Tal vez los pilotos deberían ir más despacio en la pista.
Tal vez no sea necesario ir tan deprisa en esta carrera.
Tal vez deberían ir disfrutando del paseo y de las vistas.
Tal vez esta bien pararse a mirar los restos que van quedando a un lado.
Tal vez...
O tal vez, antes de meterse uno en un coche de carreras y pisar el acelerador, debería hacer unas cuantas vueltas de entrenamiento, pensar si se está preparado para ello y calcular cuales pueden ser las consecuencias de nuestros actos.
Tal vez, pero en realidad ¡que se yo!, si de Fórmula 1 no tengo ni idea…
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Últimamente, nada más ponerse el semáforo en verde, sale disparada todoa la parrilla.
ResponderEliminarAntes llevábamos varias vueltas perdidas, pero en la actualidad, el mismo día que alguno derrama aceite en la pista, se lo hacemos limpar con una algofifa.
No más manchas injustas.
Algunos, créame, no se pasan de frenada, sino que les da tiempo hasta echarse un cigarrito en el pit-lane.
A/A Cornelio:
ResponderEliminarSi es que tener un buen coche importa y encima le meten el kersh ese, y no los pilla nadie.
Por cierto, le estoy viendo a usted una cara de Bernie Ecclestone, o como se diga...
Un abrazo.
¡Pero bueno! Tanto lio por lo que ha dicho la criatura, cuando tiene más razón que un santo.
ResponderEliminarQue existe un cromosoma que te hace bético se sabe hace tela. Ya en 1866 fue descrito. Se llama trisomía del cromosoma 21, solo tenéis que ponerlo en un buscador y lo veréis
Soy más de coches de dibujitos animados.
ResponderEliminarMagistral Cars 2.
En Cars, las Copas Piston andaban todas tiradas por el suelo, junto con periódicos viejos que relataban las gestas, todo lleno de polvo.
En Cars2 ¡están en un museo!
Esta es buenísima, es Cars cruzado con James Bond en dibujitos animados.
Sr. Anónimo:
ResponderEliminarNo suelo publicar anónimos y además le digo que con la trisomía del 21 no es buena idea gastar bromas pues pueden no sentarle bien a mucha gente.
Para el próximo comentario por favor registrese y sea un poco más...politicamente correcto.
PD: Gracias por pasar por aqui y por comentar. Un saludo.
A/A Cornelio:
ResponderEliminar¿En un museo?
Estoy desando ver la segunda parte entonces...