Silvio y los que lo conocieron tienen centenas de anécdotas y vivencias que compartieron con él. Recientemente SFC radio pudo entrevistar a algunos de sus compañeros, como Pive y Curro, en el programa "Quédate a mi lado". Aquí tenéis el audio:
Me encanta eso que decía de "No perder el compás". "Hay que tener compás hasta para caerse. Si nadie perdiera el compás no habría accidentes".
Sivio era muy de aquí. Muy de lo suyo. Le sobraba con lo que tenía. Su música y sus amigos.
"¿Irme triunfar?, ¡Vete tú a triunfar, a mi no me empujes!"
A Silvio se le concedió "La medalla al mérito rockero". La mordió para comprobar si era de oro y al ver que no, intentó venderla en la plaza del pan. Finalmente no la vendió y se la quedó su amigo Curro.
Siempre caballero, culto y educado, se erigía en centro de miradas y conversación en cuanto aparecía en cualquier lugar. Tenía un magnetismo singular.
Era enormemente desprendido. Me encanta esa vez que antes de una actuación en la feria Ayamonte pidió un adelanto de 30.000 pesetas y desapareció. El grupo asustado pensando que se perdería por ahí y no iban a poder dar el concierto porque se gastaría en alcohol. Cuando lo encontraron la imagen era para no olvidarla. Silvio se fue a la atracción de los coches locos, compró 30.000 pesetas en fichas y se dedicó a repartirlas entre los niños del pueblo. Aún hoy los niños (ya no tan niños) recuerdan a aquel hombre extraño que les invitó a todos los coches locos.
También es bien conocido que cuando ya todos estaban cansados y él como siempre se quedaba el último y solo, pedía un taxi y le decía que le llevara al mosaico del Sánchez-Pizjuán. Allí se bajaba y se quedaba contemplando el escudo. Si le tocaba un taxista bético rara vez aguantaba más de 5 minutos sin desesperarse por más que el taxímetro siguiera en marcha. Entonces el volvía a subir y cuando veía otro taxi bajaba, cambiaba de taxi y otra vez al mosaico. Si encontraba un taxista sevillista que quisiera acompañarle solían ver el amanecer allí.
"¡Vengo buscando a Pereda!", (futbolista que le encantaba, aunque no tanto como Manolo Cardo) decía siempre cuando cantaba aquella de "Vengo buscando pelea". "¡Donde esta mi etis, etis, etis!" decía cuando cantaba aquella de "No busques más que no hay".
Silvio dedicó una canción al Betis. Sí. Cuentan que en una discusión con los coristas béticos del grupo que no querían hacer los coros les dijo: "Si el coro dijera betis seguro que lo cantabais". Al siguiente ensayo Pive le prosuso que le hiciera una canción con la melodía de "Flaming star" de Elvis y así quedó aquello. (Ya volveremos sobre esto en otro capítulo).
Sevillista que regaló al Betis un himno que sintió como suyo propio. Sevillano capaz de hacer que polos opuestos de un imán se tocaran sin repelerse casi sin darse cuenta. Capaz de aunar en sus conciertos desde punkies hasta conservadores, de cantar Macarena de Triana sin que sonara extraño, eres Norte del mío Sur...
Entre tantas anécdotas os traigo esta transcrita ocurrida con el bote de alcohol etílico y su posterior recuperación en el Hotel Pinzón.
En definitiva Silvio, para bien o para mal, consiguió hacer lo que la mayoría nunca pudimos conseguir. Vivir la vida a su manera.
Buenos recuerdos, amigo aunque ya lo conoceras por el myspace te reocmiendo pasarte por el blog que continua la labro de recopilación de material Silviano (ya que el myspace decayó por completo)
ResponderEliminarEsta es la dirección http://silviofernandezmelgarejo.blogspot.com.es/
Y si se puede difundir un poco mejor que mejor.
Un abrazo y ¡¡Avanti con la guaracha!!
Magnífico blog, si señor.
EliminarGracias por mantenerlo.
Un gran homenaje que mantiene vivo el recuerdo de nuestro gran rockero.
Un abrazo.