miércoles, 12 de enero de 2011

Al son del tambor

            Romaric_Corporation
Ya escribí alguna vez que no soy el abogado del diablo. También hablé alguna vez de lo que me parece su fútbol e incluso alguna vez me queje públicamente por tanto insulto desmesurado.

No sé mucho de fútbol, pero ya en el primer partido de pretemporada en Rota en el que vi al "diablo" africano dar un par de pases me dije: "Este tipo sabe jugar al fútbol".


Ha tenido claros y oscuros, quizás más oscuros que claros, pero los árboles no deben de impedirnos ver el bosque. Han sido muchas las tertulias de barra, las crónicas periodísticas, los cibercomentarios, y muchas, muchísimas frases lapidarias. Demasiadas.

Este año parece que por fin Romaric ha optado por darles la razón a todos los que creyeron en él y en quitársela a todos los que deseaban su marcha.

Se ha convertido en pieza fundamental en el juego del equipo y en el jugador referencia del centro del campo. Ese que es capaz de inventar un pase al compañero donde los demás solo ven bosques de piernas. De mover al equipo al son de los tambores africanos.

La Copa de 2010 fue "La Copa del sombrero" y esta de 2011, de seguir así, terminará siendo "La Copa de Romaric". Yo que me alegro, y que siga.

Claro que no es Zidane, pero hoy por hoy, creo que es el mejor centrocampista del Sevilla.

¿Porque escribo esto? Pues simplemente porque después de tantos palos me apetecía darle una florecilla. Se la ha ganado.

PD: Monumento a Kanoute ¡ya!

2 comentarios:

  1. Yo estoy dispuesto aponer diez euros para el monumento en cuestión. En cuanto a lo de Romaric, yo también fui de los que le vi a este hombre clase a raudales. Me di cuenta en Rota, en su primera pretemporada y mira que estaba gordito. Pero que el árbol no nos tape el bosque, vaya partidito de Sqd y Dabo. Sobre todo lo del lateral, para que no vuelva a jugar. Un abrazo.

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  2. Buenas Alexis. Estoy contigo.
    A Dabo le ha cogido las espaldas Rossi casi en 7 ocasiones. Desde luego es para que reflexione un poco.

    Un saludo.

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